sufrimiento consentido

  Desde el domingo pasado no había podido disfrutar con la bici. Lesiones, tiempo horrible y el ánimo por los suelos me lo habían impedido. Sin embargo hoy a las nueve y media me fui para el complejo. En ese momento salía un buen grupo. Me pongo en la parte de atrás, eso sí saludando a todo el que veo. Me quedo hablando con Pitana, con Ringo y voy muy entretenido hasta cabezón. El ritmo es tranquilo, sobre todo si se va a rueda, ya que el viento pega de cara. Saliendo de Cabezón se marchan del grupo la gente que tiene encima las competiciones. Casi todos son del Salcedo, más Portilla. En el siguiente repecho también se marchan Ringo, Pitana y otro más. Yo me quedo en el gran grupo. En la Revilla algunos se van para Comillas, nosotros seguimos para pechón. Ya estoy temiendo la vuelta. Seguimos con ritmo constante y ya de vuelta encontramos al trió que ha pinchado. Nosotros seguimos, ya nos cogerán. Todo este camino lo he hecho sin agua. Subiendo los Tanagos le pido un poco...

Hecho de menos el buen tiempo Desperté a las ocho de la mañana y como me temía la lluvia seguía ahí. Además me notaba un poco cogido, por lo visto me enfrié un poco ayer. A eso de las once de la mañana sale el sol y manos a la obra. Me pongo el traje de faena, llamo a Ringo y acerté, estaba a punto de salir. Quedamos en la ronda y nos vamos para Renedo. El en mtb y yo en bici de corredor. Asi se igualan las fuerzas. Luego nos desviamos a Puente Viesgo, Hijas, terminando por Viernoles y la Hilera. Buena salida la que hemos hecho. Hacía mucho que no nos juntábamos y lo echaba de menos. Ahora toca recuperarse de este malestar y seguir sumando kilómetros a bajo ritmo.