Bien y mal




Esta mañana hacia frio, pero da igual sigo con ganas de seguir sumando. A pesar de estar cansado por los dos días anteriores me he dicho, hoy tiro para Bilbao. Cuarenta y cinco kilómetros en esa dirección y vuelta. Con viento a favor me dio tiempo a ir hasta Beranga, casi cuarenta y siete kilómetros. Fui disfrutando, además el tiempo fue mejorando. Calentaba el sol y la zona por la que iba ciclando es casi desconocida para mí. Cuando me dila vuelta y el viento empezó a soplarme en el morro ya intuía que iba a ser un día muy duro. Con un ritmo decreciente iba sumando kilómetros. La espalda me empezó a torturar, el hambre y más cosas que solo se sienten cuando el cuerpo va fatigado en exceso. Llegando a Sarón el viento me ayuda algo y me animo. Bebo agua continuamente pero ya no me entra, lo que necesito es algo solido que saborear, pero no llevo nada. Me queda de subir la Montaña y la fatiga es extrema. Solo decir que subo en más de doce minutos esta tachuela. Ni será la primera ni la última vez que me enfrento a dicha tachuela comportándose al final como un coloso casi inexpugnable. Llego a casa con mas de tres horas y media, vacío.



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A seguir descansando.