sufrimiento consentido

Semana tranquila, de acercamiento a la marcha de domingo. Aunque parezca mentira, apenas he forzado. Por ganas no ha sido, pero me he sabido controlar. Ayer lo máximo que hice fue aguantar hasta el Pozo del Amo en el grupo de adelante y luego pegar unos relevos para abajo. Muy fácil. Lo que me está costando es poner a punto la maltrecha bici. El cambio y el freno trasero no acaban de funcionar correctamente. Para mañana solucionado. Hoy han sido solo 63 kilómetros.

Amanece nublado en Torrelavega, según va pasando el día se va despejando. La salida de hoy ha sido muy tranquila. Un buen grupo hemos tirado para Cabezón sorteando la lluvia. Nos hemos metido para Topórias, Rodezas y salir por Canales. Luego hemos bajado hasta Comillas y hemos tomado la izquierda hacia Ceceño. Parada obligatoria, Manu ha pinchado. Luego hemos seguido camino de Treceño y en Cabezón nos hemos metido para Santa Lucia. Parada para coger agua y para casa. Las piernas han estado perezosas y las ha costado entrar en funcionamiento. Menos mal que hemos ido muy tranquilos. Me supongo que saldré miércoles, jueves y viernes, eso sí a rueda. Descansare el sábado y el domingo a dar gas en la marcha. A partir de ahí volverá mi amiga la mtb. En mente Foramontanos y Valdeolea.  Solo han sido 77 kilómetros, además tranquilos. En las últimas ocho salidas no había bajado mi media de 30 km/h de media, daba igual el recorrido y los kilómetros.

A pesar de que se avecinaba un buen día, mi mujer me comento anoche que hoy domingo no tenía ganas de playa, además las niñas están un poco acatarradas. El problema es que ayer me metí demasiado tute y hoy las piernas no estaban para mucho. Contando que la pantorrilla sigue con molestias. Me fui para el complejo y me comentan que toca Carmona-Bielva. Pienso para mis adentros que con ir a rueda tengo más que suficiente. Allí estaban Ringo, Julio, Jose Luis y mas compañeros habituales de fin de semana. En Quijas nos encontramos con el diablo sobre ruedas. Llegamos a la base de Carmona y me lo tomo con más calma de lo habitual. Cogen unos metros sobre el grupo Bardón y Eduardo. Más adelante salta Julio y yo me mantengo a unos metros de un grupo numeroso. Bardón sucumbe a las primeras de cambio y yo empiezo a aumentar el ritmo. Lo que pasa es que a Ringo le va la marcha y al final solo le sigue Jose Luis. Yo voy pasando gente, pero ni las piernas ni las ganas son las mismas