carrera memorial Elias- San Vicente de la Barquera



A eso de las 10 de la mañana ya estaba en San Vicente. Las piernas descansadas, a pesar del tute de ayer. Esto no hay quien lo entienda. Me vestí tarde y me dio tiempo para calentar 10 minutos. Lo suficiente. La táctica de salida después de estar sin competir dos meses con la de carretera, es guardar y según pasen los kilómetros, si hay fuerzas intentar algo. Formamos un pelotón de unas cien unidades. Se sale rápido, por lo menos es lo que dicen los que van alrededor de mi. Yo me encuentro bien, reconozco que este circuito me va muy bien, además si se va a rueda se guardan muchas fuerzas. Los que van dando caña por delante son demasiados buenos y aunque gasten al final siempre están ahí. Sobre el kilometro 20 se van los buenos, el corte es numeroso, les tenemos muy cerca y parece que se les va a coger. Van saliendo algunos para conectar, creo que solo lo logran un par de ellos. Yo tengo fuerzas para salir y creo que para llegar, pero me acobardo pensando que igual peto durante la carrera. Es lo que tiene no correr en carretera desde hace mucho. Al final van haciendo camino. Se acabo la carrera. Seguiremos como si fuese un entreno. A mitad de carrera se pone a tirar Gancedo por delante, creo que es para llevar la carrera rápida y que su compañero Master-50 gane su clasificación. A partir de aquí me coloco delante y encima me veo con buenas piernas. Me preguntan algunos si me voy a meter en el sprint. Les digo que estoy dudoso. Joder que hace que no hago un buen sprint desde Llodio, halla por febrero. Durante todo el año me han pasado por encima. Pero hoy me noto bien. Mis piernas tienen dinamita. Bajando ya para San Vicente, es decir meta, tenemos muy cerca los que han racaneado en la escapada. Gancedo me pregunta si voy a esprintar, quedan 4 kilómetros y le digo que no se. A eso le llamo yo motivación. Antes de la rotonda del puente, cogemos a parte de la escapada. Aquí ya voy con la adrenalina disparada. Me pasan los que van a esprintar y me coloco detrás de Larrea. Voy haciendo pequeños esprines para no perder posiciones. Al final cuando llegue el sprint de verdad me pasaran todos por encima, es algo que recuerdo mucho este año. Me noto fuerte. Llegamos a la curva, se que si freno se jodio. Así que sigo la rueda de Larrea, este es de los más rápidos. Entro en la curva, cuarto o quinto. En la recta hace viento de cara. Sé que la meta esta cerca, pero soy pésimo, ni la miro. Sigo a rueda de Larrea y cuando se me pone esprinto. No sé ni cuanto queda, le paso por la derecha y me como todo el aire antes de tiempo. Mis piernas funcionan. Al final me pasa uno por poco por la izquierda, pegado a la valla. Creo que es muy rápido así que no pasa nada. Por fin he hecho un sprint decente. Gano mi categoría. Decir, que corre Oscar Negrete que viene de ganar los mundiales de policías y bomberos.
El podio de master-40, tercero Toribio, segundo Negrete y primero yo.
He acabado muy contento.
Cuando íbamos 74 kilómetros el Garmin se paro. Me marcaba 1h52´ a una media de 39,4 km/h. Una pena no poder ver el esfuerzo en el sprint.

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